DIAGNÓSTICO DE LA CARDIOPATÍA ISQUÉMICA DOLOROSA:
El diagnóstico es eminentemente
clínico, esto quiere decir, que si por el interrogatorio se puede llegar a la
conclusión de que estamos frente a una angina, no debemos perder tiempo en
enviar el enfermo a otro lugar a hacerse el electrocardiograma, exponiéndolo a
los riegos de movilización innecesaria. Decimos que el diagnóstico de las
anginas es clínico, porque un paciente que ha tenido una angina puede tener un
trazado electrocardiográfico totalmente normal. En ausencia de síntomas en el
momento del electrocardiograma, este suele ser normal hasta en el 40% de los
pacientes con Cardiopatía Isquémica establecida (10). Generalmente las
alteraciones electrocardiográficas aparecen durante el episodio anginoso,
desapareciendo después.
DIAGNÓSTICO DE LA CARDIOPATÍA ISQUÉMICA NO DOLOROSA:
Como se ha señalado existen
formas clínicas no dolorosas de la enfermedad (insuficiencia cardíaca,
trastornos de la conducción y del ritmo etc.) y no siempre estas presentaciones
obedecen a una Cardiopatía Isquémica. Para diagnosticar una de estas
manifestaciones clínicas como consecuencia de una Cardiopatía Isquémica, nos
basamos en el “sustrato” que cada paciente tiene, o lo que es lo mismo, los
datos que nos aporta el interrogatorio minucioso y el examen físico detallado
de cada individuo. Cuando en un paciente encontramos un elevado índice de
riesgo cardiovascular (antecedentes familiares, factores de riesgo personales)
y en ausencia de otras condiciones que puedan justificar la manifestación
clínica del paciente, hablamos de que existe un sustrato isquémico que nos
permite el diagnóstico etiológico de Cardiopatía Isquémica, para cualquiera de las expresiones clínicas
con las que haya debutado el enfermo.
CONFIRMACIÓN
La confirmación diagnóstica puede realizarse mediante la prueba de esfuerzo electrocardiográfica (sensibilidad
de 95%, especificidad de 86%) y ecocardiograma dinámico con
dobutamina-atropina (sensibilidad de 95%, especificidad de 80%).
El
electrocardiograma muestra lesión subendocárdica en ocasiones muy
pronunciada durante el episodio doloroso, la cual desaparece cuando
desaparece el síntoma.
La
arteriografía coronaria está indicada en todo paciente con angina de
pecho o a quien se le ha demostrado la presencia de isquemia miocárdica
por cualquiera de los métodos antes anotados y existe un alto grado de
sospecha de enfermedad de las arterias coronarias epicárdicas.
Bibliografia:
No hay comentarios:
Publicar un comentario